18 julio 2008

chao próspera


Hoy se murió mi primera mascota. No me duró ni 4 meses. Me duele perder a Próspera como no pensaba que me dolería jamás la pérdida de un animal. Próspera me enseñó a estar pendiente de un ser querido, a –nada más levantarme- saber que estaba ahí. La bañaba cada mañana hasta que hiciera pipi y pupú; le daba su comida cada día: unas hojas de lechuga, un trozo de lechosa, últimamente su preferido era el calabacín, y carne una vez por semana.
Próspera se despertaba en cuanto que escuchaba la voz de Carlina cada mañana. Esta mañana Carlina dijo: “hoy Próspera me recibió con la boca abierta” y la puso en el fregadero de la cocina, después se fue. Yo la metí en su bañerita después y nunca más se movió. Al cabo de una hora, tenía la misma postura; me extrañó. Tenía los ojos cerrados. Aún me extrañó más. La puse debajo del grifo, le hablé, y como no reaccionaba, instintivamente la agité como un mouse, su cabeza se balanceó inerte para cada lado, diciéndome que no. La solté y su concha sonó como la jabonera del baño. Sus patas no amortiguaban el aterrizaje. ¡Estaba muerta! ¿Qué pasó? ¿Se envenenó? ¿Con qué? ¿Como? ¿Con el agua? Pero si era fresca.
Ya pasaron dos horas y sigue ahí espatarrada en el agua. Es curioso, como mirando su caparazón, sus patitas y su cabeza, uno siente que todavía está aquí, que en realidad no pasa nada. Mira que se quede con nosotros aunque esté muerta.
He llamado a Carlina para contárselo. Que angustia. Recuerdo que un día se me perdió en el jardín, y me asusté toda. Bajé con escoba y rastrillo para peinar la zona y encontrarla. Si se me pierde Próspera ¿qué le digo a Carlina? ¡Que disgusto! Hoy, la tengo que llamar para decirle entre lágrimas que no se mueve, que no sé que tiene, que parece como muerta. No me creyó. Me dijo que las morrocoyitas son así, que le hable en venezolano, o que la deje en paz, que luego ella ya se moverá, pero yo siento que no, que hoy es diferente. Pero yo como soy españoleta y no me gustan los animales, no me entero. Y yo que no era eso. También me dijo que a lo mejor se había envenenao con tanto flee y tanta vaina. A lo mejor respiró el flee de anoche cuando entró aquella cucaracha voladora. Las morrocoyitas absorben las malas energías. Que seguro que se sacrificó por nosotras, y se agarró algo que no era para ella.
Próspera, chao. Tu vida fue muy corta pero muy próspera. Gracias por tus enseñanzas, por las estrategias de escritura, por enseñarme a no desesperarse cuando a uno no le salen las cosas porque siempre hay una manera, y que no necesariamente por correr uno llega antes, sino más bien todo lo contrario. Adelante.
La naturaleza es así de salvaje, y hermosa a la vez, triste y alegre. Aquí donde no hay estaciones, todo nace y muere a la vez cuando puede y como puede.

5 comentarios:

Artista: Neiffe Peña. dijo...

OH!!!!! cuanto siento lo de Prospera. Dicen que las mascotas nos salvan, que ellas estan en nuestras vidas para atajar las malas vibras que vienen directo hacia nosotros, entonces Prospera es una heroina, no sabremos de lo que te salvo, pero sabemos que debio ser algo muy malo, porque las morrocoyas suelen durar mucho.
Desde Mexico, mi muy sentido pesame a las dos

Francisco Pereira dijo...

Hummm..., se lo que sentiste, lo viví con un hermoso perro Boxer, Draco se llamaba. Fueron once años de juegos, diversión, ladridos, compañía. Aquella mañana lloré cuando lo vi inerte.
Le agradecí por lo que me enseñó (más que muchas personas). Así es la vida, todo tiene su espacio, su tiempo, su momento... su enseñanza.

Anónimo dijo...

¡Hola María José!:

¡Lástima!, lo siento mucho de verdad. También tuve la mala suerte de vivir esa triste experiencia, esto nos prepara el espíritu para la vida. Ahora tengo a mi hermoso perro: Marco. Creo que ellos nos hacen muy felices con su grata compañía y están para enseñarnos cosas. Próspera era una bebé y estará dispuesta a seguir evolucionando.El tiempo es el mejor lenitivo.
Saludos desde tu querida Barcelona, ahora tan mía.

Besos.
Gina.

LaMariette dijo...

Uffff...
Mi más sentido pésame!
Las acompaño en el sentimiento de este terrible momento.
Nos queda, lo que siempre cabe en estos casos, recordar los buenos ratos.Y yo sólo puedo decir, que Próspera ha sido la más destacada entre todas los morrocoyas que haya conocido. Antes de ella siempre los había tenido por unos bichos bastante nulos y sin ninguna personalidad. En cambio Próspera protagonizó conversaciones conspicuas, fue fuente de inspiración para tu escritura y le dio un giro a tu vida animal. De hecho te acercó a San Francisco de Asis con lo cual puede decirse que esta preciosa criatura tuvo una existencia espléndida y generosa.
Estoy segura que desde el cielo morrocoyil las estará cuidando y protegiendo desde su infinita y maravillosa lentitud.

pedro a. cruz cruz dijo...

Dio todo lo que supo darte.
La naturaleza te (nos) seguira enseñando, solo tenemos que saber verlo.