15 marzo 2009

Yo no soy ni Vladimir, ni Estragón


Dos hombres están intentando montar un tronco en una bicicleta a plena luz del día. Hace frío. Están muy abrigados con gorro, guantes, bufanda y cuando soplan les sale humo de la boca. Están borrachos y a pesar de los intentos, el tronco siempre se les cae, o la bicicleta, o el tronco, o ellos mismos.


OLE: Agarra por ahí. Sujétalo! (el tronco se cae por enésima vez) Coño, sujétalo Bart.

BART: Este hijo de puta pesa como un condenao (Bart se cae al suelo con el árbol y se queda sentado).

OLE: Levántate, coño. (En una mano está sujetando la bici y en la otra el árbol que ha levantado del suelo). Tú tranquila, que vas a salir de viaje como te prometí. Bart, levántate, joder! (Se le cae todo al suelo: la bici y el tronco. Se queda sentado en el suelo). Bart, que te levantes, te digo, (echa un trago de vodka y se vuelve a meter la botella en el bolso) que tenemos que sacar a la parra de aquí, joder. Bart (le pega una patada).

BART: Hmm!

OLE: Bart! Hostia! Levántate. Mira, tú vas a apoyar la bicicleta allí donde está ese palo. Bart, ¿ves donde está ese palo?. Bart, mira mi dedo. Ese palo de ahí, ¿lo ves? Bart.

BART: Vale! Voy pa’llá. (Se levanta lentamente y con dificultad. Pierde el equilibrio dos veces).

OLE: (Se levanta también). AHHHHHH! (Grita como Tarzán dándose unos golpes en el pecho). Vamos arbolito. Yo te dije que ibas a viajar y por mis huevos que te vas a pegar un viajecito fuera de este metro cuadrao tuyo. Todo el día ahí sola y triste. Ole es un hombre de palabra. Baaart, ¿estás listo? Vente pa’ca cabrón. Ayúdame aquí. Tu, agarra por este lado, que yo agarro por allá. (Bart se va al lado equivocado) ¿Estás sordo o qué? No te estoy diciendo que yo agarro por las raíces. Tú vete pa’llá!

BART: Ok! Una dos y… (le dio la risa)

OLE: ¡Ah! y ahora se ríe el hijo de puta ese. Tú ni caso bonita. Él es buena gente, pero no le da la cabeza, entre otras cosas (Se ríe también). Tú pa’lante, como si no va contigo.

BART: ¿Qué hora es Ole?

OLE: ¡¿Qué hora es?! ¿Y desde cuando te importa a ti la hora? La hora solar o la hora en China. Nos ha jodido este ahora con la hora. Porque en China es de noche ahora... ( y suelta una carcajada…)

Suenan las campanadas de la iglesia cercana.

OLE: Mira, este cabrón tiene suerte ¿No escuchas las campanas? Cuéntalas. Una…, dos…, tres…, cuatro…, cinco…, seis…, seis…., seis…, nueve,…..diez….!

BART: Oye Ole, ¿Por qué tenemos que llevarnos este hijo de puta de aquí?

OLE: Tú agarra y calla.


Se pone a llover


BART: Ole, vámonos de aquí y venimos mañana. Conozco un sitio donde hay unas tías que están buenísimas.

OLE: Cállate Bart. (La parra y la bici se le caen encima). Cabrón, hijo de puta ¿Qué quieres matarme o qué? No te quedes ahí parado. Ayúdame, joder.


(Bart se acerca para ayudarle y se cae encima de Ole también. Se queda dormido encima de Ole).


OLE: Mamón levanta tu culo de aquí. Siempre jodes todo. Estoy harto de ti. Maricón. No me extraña que tu mujer ni folle contigo.

BART: (Se levanta y aparta la bici de encima de Ole. De pronto se le encienden los ojos). Amigo, repite eso que has dicho.

OLE: Bart, hostia. Quítame esto de encima. Tú sabes que yo soy un hombre de palabra. Yo, Ole Stevenson soy un hombre de palabra.

BART: Sí, eres un hombre de palabras. Repite eso Ole Stevenson.


(Comienza una pelea. Los dos en el suelo. Bart lleno de rabia golpea a Ole que aún está debajo de la parra. Los dos quedan tumbados en el suelo.)


OLE: A veces en la vida hay que reírse, Bart. Uno se pone a pensar y tiene que reírse Bart. Nos estamos poniendo muy serios. Cuando mi padre llegó aquí, y antes de mi padre, mi abuelo, con una mano delante y otra detrás -Bart y tú lo sabes-, uno trabajó toda la vida para mantener a la familia, a veces ganando más y otras menos, Y luego vienen esos hijos de puta a quitarle por lo que uno ha luchado toda la vida, Bart. No es justo. Uno es una buena persona pero los pleitos le llegan a uno, sea lo que sea. No importa lo que haga uno. Si los pleitos están por llegar llegarán, Bart. Ahí esta mi hija que llegó a la casa preñada, y ya va pa cinco años. Y ¿que tenía yo? Mi casa. Nada más que mi casa. ¿Y que tengo ahora, Bart? Eh dime ¿que tengo ahora? Si no tengo ni eso. El cabrón que se la folla todas las noches manda más que yo. No, yo no quiero pleitos hermano, y menos con la sangre de mi sangre. Pero, si uno no hace nada por los hijos, por quien lo va a hacer. La vida pasa rápido, Bart. Uno se pone a pensar y tiene que reírse, Bart. Hace poco estábamos en este mismo lugar con los niños pequeños y mírate ahora. No somos los mismos. Ya no somos los mismos Bart. Ni la casa de uno es de uno, ni la vida de uno es de uno. Así que hay que reírse Bart. Vamos Bart, vamos a reírnos los dos juntos Bart. Amigo, ríete conmigo. Ríete, Bart, que la vida son dos días.

BART: (Se echa un trago) Ni la mujer de uno es de uno ¿Qué chimenea quieres calentar con este árbol Ole?

OLE: Bart, uno está solo, y necesita hablar con alguien. No es lo que estás pensando. Uno necesita que le escuchen. Este árbol es mío. Es parte de mí. Esta parra la plantó mi abuelo. ¿Te acuerdas de la casa de la parra? Mi padre tumbó la casa, y yo planté la parra aquí. Es sangre de mi sangre. Es un tesoro de familia. Todos estos años la he cuidado. Ahora quiero que la parra vuelva a casa. Yo le di mi palabra de que conocería mundo y volvería a casa. Esta parra guarda me ha protegido todos estos años. Este tronco ha escuchado mis penas. (Acaricia el árbol que tiene encima). Si hay un amigo fiel es él. Pero sabes uno también tiene que escuchar al pasado Bart. Tú dirás que estos son cosas de borracho, pero los árboles no sólo escuchan, tambien hablan, y hasta le gritan a uno, Bart. Los tres estamos viejos Bart.

BART: ¿Y que sabe este madero, que no sé yo, Ole?

OLE: Los árboles escuchan las penas, Bart. (Se pone a llorar) Abrigan los fríos del alma. Cada vez hay menos árboles y más penas. No sé, debe ser cosa de la edad. No quiero más penas, Bart. En la biblia lo dice muy claro. Uno tiene que hacer tres cosas en la vida: plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro. Lo único bueno que he hecho con mi vida es replantar este árbol, sangre de mi sangre.

BART: ¿A que le tienes miedo?

OLE: Los árboles también lloran, Bart.

BART: Será porque ocultan algo. Los árboles siempre ocultan la verdad. Todo lo saben y se lo callan. En Navidad, yo lo corto, yo lo llevo, y ella le pone las luces y después me vuelvo a llevar, pero a la basura esta vez. Los árboles no te dejan ver el bosque. Juegan contigo y se burlan de ti. Esconden a los duendes y a los fantasmas.

OLE: No, amigo, no. Estás equivocado. Los árboles te dan sombra.

BART: Hacen sombras y mienten sin hablar.

OLE: Uno está sólo, Bart. Uno cree que no, pero está sólo.

BART: Los árboles mueren de pie. Tiesos, orgullosos, bien vestidos.

OLE: Estas muerto amigo. Llevas muerto mucho tiempo.

BART: Nunca se sabe donde está el pecado o la necesidad.


(Bart se levanta despacio. Agarra una piedra y la deja caer sobre la cabeza de Ole. Después se desploma sobre el cuerpo de Ole. Así se queda dormido, esta vez borracho de rabia, cansancio.)

(Bart se despierta encima de la cara llena de sangre y se levanta. Arrastra el cuerpo de Ole hasta el agujero donde estaba plantada la parra. Mete el cuerpo de Ole y planta de nuevo la parra encima)


OLE: Toma tu árbol. Así podrán conversar largamente.


(Deja de llover, y sale el sol. Entra en escena un nuevo personaje. Rubio teñido, vestido de turista con camisa de flores, gafas de sol, una gorra, playeras blancas y una maleta llena de pegatinas. Lleva una cámara de fotos al cuello. Está escuchando música en un i-pod)


GODOT: Eh! Vladimir ó tal vez eres Estragón. ¿Qué tal? Ya estoy aquí. Ya llegué.


(Hace señales a Bar con la mano).


BART: ¿Por quien pregunta?

GODOT: Estoy buscando a Vladimir y Estragón. ¿Usted no es Vladimir? Dejé dicho que me retrasaría unos días, pero bueno ha sido un poco más, bueno bastante más ¡que se va a hacer! El mundo es fascinante. Hay mucho que ver.

BART: No señor no soy ni Vladimir ni Estragón.

GODOT: Quedamos al lado del árbol. No hay ningún otro por aquí. Por cierto está un poco torcido ¿no?

BART: Señor, se equivoca. Aquí nadie le está esperando. Vuelva por donde vino o pregúntele al cura de la iglesia que dejó un poco más atrás.

GODOT: Gracias amigo. Adiós.


(Se devuelve al rimo de la música de su i-pod)


Se cierra el telón

Fin



14 marzo 2009

imprecisión

Durante mi adolescencia, en la década de los cincuenta, fui a visitar a unos amigos que vivían lejos de la ciudad. Un día íbamos dando un largo paseo y discutiendo sobre la letra de la canción. Yo sostenía que la letra decía “El amor es un algo sin nombre” y uno de mis primos afirmaba que decía “El amor es algo muy grande”. Mientras caminábamos vi un pedazo de papel tirado en la acera. Lo recogí y era la partitura de esa misma canción. Y ahí acabó la discusión. Yo tenía razón, por supuesto.

Y ¿sobre qué tenía usted razón?

Sobre la letra de la canción.

¿El amor es un algo sin nombre?

Bueno, es un algo que no se puede explicar.

Un algo…

Bueno, es una cosa…

Una cosa…

Quiero decir una sensación, como una conmoción, una emoción o un sentimiento. Es como una sacudida, una punzada en el corazón o en el estómago. Es como un desasosiego que te genera angustia, dolor, hambre… es como una zozobra. Está y no está. Uno siente como que se le hincha el pecho de aire y el aire sigue entrando pero ya no cabe más. Es un hormigueo constante….uno se siente bien y mal a la vez. Es como tener frío y calor al mismo tiempo.

Le ha puesto usted varios nombres a ese “algo”.

Bueno, sí, pero es como todo eso a la vez y eso todo junto no tiene nombre.

Tal vez habla usted de algo muy grande.

Sí desmesuradamente grande. No cabe en ningún lado. Es más grande que el mar. A veces pienso en la parábola esa de la biblia donde hay un niño llenando un agujero con agua del mar, y resulta que era Dios disfrazado de niño, y le dice al forastero que el tardará menos en llenar el agujero con el agua del mar, que él en entender el misterio de la Santísima Trinidad.

 Ese algo que no tiene nombre, ahora es grande también. Es líquido y se desborda.

Sí.

¿Y tiene connotaciones religiosas?

No y sí. Es como mágico, como de otro mundo, como difuso, imposible, como que uno no puede con ello.

Usted no puede con ello.

No. Es algo muy pesado y ligero a la vez. Te hunde en la tierra y te hace sentir elevado. No se puede agarrar. No se puede aprehender.

Hábleme de la parte ligera de ese peso.

No sé… ir de la mano, una melodía, el cabello, la voz, el calor, caricias, labios…

Hábleme ahora de la parte pesada.

Ese dolor en el pecho, esas miradas, ese “vamos ¿quieres escribir en mi libro?”, el desorden, la intimidad…

Dígame el verbo de la palabra intimidad. Ahora.

Intimidar.

Terminamos aquí la sesión por hoy. Nos vemos el próximo martes a la misma hora.



06 marzo 2009

El Crómlech de Crúor









Yo creo
Tú crees
Ella cría
El criba
Nosotros croamos
Ustedes croman
Todos se creman

En el taller de Beatriz Plaza