Durante mi adolescencia, en la década de los cincuenta, fui a visitar a unos amigos que vivían lejos de la ciudad. Un día íbamos dando un largo paseo y discutiendo sobre la letra de la canción. Yo sostenía que la letra decía “El amor es un algo sin nombre” y uno de mis primos afirmaba que decía “El amor es algo muy grande”. Mientras caminábamos vi un pedazo de papel tirado en la acera. Lo recogí y era la partitura de esa misma canción. Y ahí acabó la discusión. Yo tenía razón, por supuesto.
Y ¿sobre qué tenía usted razón?
Sobre la letra de la canción.
¿El amor es un algo sin nombre?
Bueno, es un algo que no se puede explicar.
Un algo…
Bueno, es una cosa…
Una cosa…
Quiero decir una sensación, como una conmoción, una emoción o un sentimiento. Es como una sacudida, una punzada en el corazón o en el estómago. Es como un desasosiego que te genera angustia, dolor, hambre… es como una zozobra. Está y no está. Uno siente como que se le hincha el pecho de aire y el aire sigue entrando pero ya no cabe más. Es un hormigueo constante….uno se siente bien y mal a la vez. Es como tener frío y calor al mismo tiempo.
Le ha puesto usted varios nombres a ese “algo”.
Bueno, sí, pero es como todo eso a la vez y eso todo junto no tiene nombre.
Tal vez habla usted de algo muy grande.
Sí desmesuradamente grande. No cabe en ningún lado. Es más grande que el mar. A veces pienso en la parábola esa de la biblia donde hay un niño llenando un agujero con agua del mar, y resulta que era Dios disfrazado de niño, y le dice al forastero que el tardará menos en llenar el agujero con el agua del mar, que él en entender el misterio de
Ese algo que no tiene nombre, ahora es grande también. Es líquido y se desborda.
Sí.
¿Y tiene connotaciones religiosas?
No y sí. Es como mágico, como de otro mundo, como difuso, imposible, como que uno no puede con ello.
Usted no puede con ello.
No. Es algo muy pesado y ligero a la vez. Te hunde en la tierra y te hace sentir elevado. No se puede agarrar. No se puede aprehender.
Hábleme de la parte ligera de ese peso.
No sé… ir de la mano, una melodía, el cabello, la voz, el calor, caricias, labios…
Hábleme ahora de la parte pesada.
Ese dolor en el pecho, esas miradas, ese “vamos ¿quieres escribir en mi libro?”, el desorden, la intimidad…
Dígame el verbo de la palabra intimidad. Ahora.
Intimidar.
Terminamos aquí la sesión por hoy. Nos vemos el próximo martes a la misma hora.
1 comentario:
Una belleza.
Amiga te recomiendo el blog de tu compatriota catalan ORIOL, http://oriolserra.blogspot.com/
Saludos.
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