23 diciembre 2008

FELIZ Y CREATIVO 2009

Escaparate de una tienda en Madrid por Aga Inés

Desde la calle C, les deseamos un año 2009 bien Creativo, full de lecturas y full de escritura.


Gracias a todos los seguidores, visitantes y participantes de la calle C por sus comentarios y sus aportaciones creativas. Queremos seguir trabajando juntos en el 2009

14 diciembre 2008

homenaje a "He matado a un hombre"

Cine doméstico "He matado a un hombre" de Antonio Docampo.

Marina estaba empezando a ponerse nerviosa. Hoy aún no había llamado. Él siempre es superpuntual. No se retrasa ni un minuto. Siempre la llama a las nueve. Sí, es un celular y podría estar en la calle, o en cualquier lado, pero prefiere esperar en casa, sola, atenta al celular sobre la cama de su habitación. Así tiene más intimidad y se siente más cerca.

Las nueve y un minuto:

­─riiing.

Ese ring de las nueve de las noche suena tan diferente. Es tan él.

─Hola amor. ─Respondió Marina en seguida, sin dejarlo sonar una segunda vez.

─Marina, ten mucho cuidado. Parece que no dan con el violador ese. Anoche cayó otra. Si sales a la calle no salgas sola. ─dijo él precipitadamente, sin apenas escuchar a Marina.

Cuando de pronto, Marina escuchó un sollozo:

─Aahh! Nooo…

─Martin, ─gritó ella─. Martín, ¿Qué pasa? ¿Quien está ahí?

Se apretaba el celular contra la oreja para lograr pasar del otro lado. Oyó un golpe. El celular de Martín había caído al suelo. Quería salir corriendo a buscarlo, pero ¿A dónde?

Marina seguía gritando al celular:

─Martiiiin, contéstame.

Se oyó otro golpe: una puerta. Alguien salió, o entró. No sabía. “¿Martín o quien?…” pensó.Se oyeron voces. Había mucha gente del otro lado. Arrastraban algo o a alguien.

─Martiiiin, háblame, gritó por última vez.

Con el celular pegado a la mejilla aún, decidió colgar y llamar a la policía. Nunca había usado ese celular para llamar a nadie. Marcó el número de la policía. En aquel celular solo había para escuchar la voz de Martín. Volvió a colgar. No quería escuchar otra voz desde allí.

Desconsolada, salió escaleras abajo con el celular en la mano, para pedir ayuda. Marcó el número de Martín con aquellas manos temblorosas. Sonaba ocupado. Nunca tenía que haber cortado la comunicación. Ahora no podía comunicarse con él de ninguna manera. Sólo quedaba esperar que él se comunicara con ella. De pronto vio un hombre subir escaleras arriba. Tenía muy mala pinta. Tenía algo de siniestro. Llevaba la ropa sucia. Desde arriba, veía unas manchas blancas sobre los hombros y sobre la gorra que le tapa la cara. Era corpulento y subía rápido. De vez en cuando miraba hacia atrás. “El violador” pensó de repente y se quedó paralizada. El celular se le resbaló de las manos y al caer sobre las escaleras del tercer piso, el hombre alzó la cabeza y se encontró con su mirada. Marina corrió escaleras arriba todo lo rápido que pudo. El también se puso a correr. Tengo que llamar a la policía, se repetía. Las llaves. No podía abrir. Ese hombre ya estaba demasiado cerca. Logró meter la llave en la puerta. Se dio media vuelta y él ya estaba al alcance de la mano. Llena de terror, se abalanzó contra él y lo empujó, escaleras abajo. El hombre cayó de espaldas y rodaba escaleras abajo. No vió más. Giró la llave. Abrió la puerta. Cerró de un portazo y corrió al teléfono de casa para llamar a la policía. La manos la temblaban, los dedos no atinaban a marcar. Se equivocó de numero. Mientras, la televisión que estaba encendida, anunció:
─Este es un mensaje para tranquilizar a la población, la policía de Mérida ha detenido aesta noche al violador de Mérida....
Mientras, al teléfono respondía a su llamada:
─Oficina de Policía de Mérida, Dígame. Dígame por favor. Oiga,¿Hay alguien al aparato?

Sus labios pronunciaron estas únicas palabras:
─He matado un hombre.

10 diciembre 2008

épica, dramática y lírica del teléfono

El primer aparato que revolucionó las comunicaciones era negro, grande y con una rueda gigante llena de números, que había que girar para hacerlo funcionar . Inicialmente estaba colgado de la pared, a la altura de la vista. Después cambió de color y de forma, pero conservó la rueda giratoria. El nuevo teléfono decoraba los recibidores y las mesas de los despachos. Las secretarias de todos los países giraban y giraban aquella rueda docenas de veces al día, insertando su dedo índice en los agujeros del 1 al 0.
De pronto, un dedo quedo atrapado en la rueda giratoria de uno de estos teléfonos de colores. Era demasiado grande para aquel agujero pequeño y femenino. Marcar en los teléfonos de rueda requería cierta agilidad manual. El numero cero atrapó el dedo de Juan, campesino y albañil, en el primer intento. El agujero le apretaba la yema del índice, señalándole con un NO PASARAS.
Hoy, "mi celular es negro los lunes, limón los martes, durazno los miércoles, chocolate los jueves, fresa los viernes, azul turquesa los sábados y blanco los domingos" nos contaba su hija por teléfono.

01 diciembre 2008

a cuarenta por la autopista

─¡Coño! ¡que paradoja es la vida! Todos ahí jodidos currelando para manducare... que si la parienta, que si loh chiquilloh, que si la madre, la parienta… que sé yo…y yo aquí tumbao, pasándomelo de puta madre. Sólo me faltan un par de tías y unas copas, por lo demás... aquí escuchando musiquita, con mi María que de vez en cuando viene a darme una caladita, de puta madre, joder. Lo único jodido es la puta tele esta, que no hay una mierda… mal rollo la caja tonta esta…. Mariiia, Mariiia… ¿Y ahora donde se ha metido la tía esta, joder? Antonio, tío, que estás sólo, que la María se ha ido….Pero tú no necesitas a nadie joder… ¿Pa que quieres a la momia esa? ¿Sabes qué, caparranas?, ¿estás pensando lo mismo que yo? Vámonos. Somos un equipo del copón tu yo. Pa qué necesitamos al resto. Nos lo vamos a montar de copas tu yo joder. Arranca y tira millas que nos vamos a tirar un pegote de los que hacen historia. Sexo y Rock & Roll, tronco. El mundo es nuestro.

Con una parálisis del 95 por ciento y a 20 km/hora por la autopista que une el Ferrol con Villalba en Coruña, Antonio Navarro (alias el caparranas) y su camilla, ─a veces mujer, a veces ferrari─, emprendieron ruta al Ferrol en busca de un poco de sexo y copas para matar la tarde.

─Tira millas Alonso, no seas maricón, que vamos a comernos unos chochos jugositos.

Y canturreando, aceleró su vehículo a 40km/hora:

─Soy un macarra/ soy un hortera/ y voy a toda hostia por la carretera.

A los tres kilómetros de ruta, fue interceptado por la policía y devuelto a casa al lado de su María. Lo que nunca le aclararon a María es porque le detuvieron: por doblar la velocidad máxima de su transporte, por ir demasiado lento en la autopista, por uso de vehículo inadecuado por la autopista, por llevar encima drogas superior a la cantidad de consumo personal permitida, por conducir colocado. Todas estas razones figuraban en el papel que le había entregado el agente pero ninguna casilla estaba marcada. Pensó, "La policía siempre tiene algo que inventar”, y tiró el papel a la basura, mientras le daba una caladita de maría a su Antoñito.